Ángel Ley Octavio es igual que yo: es un verso y le gusta tanto follar como ser follado. Decidimos follar el uno con el otro y ver quién acababa criando al otro. Ante su hermosa polla, reconozco que di mi culo primero, abriendo bien las piernas. Me golpeó bien, lo sentí profundo y ya estaba a punto de correrme. Me controlé y le di la vuelta para follar también con él. No me había dado cuenta de lo bueno y caliente que estaba su culo. No podía dejar de follarlo... y me corrí de forma natural. Le pedí después que sacara un poco el jugo de su agujero. Obedeció y fue muy caliente.